sábado, 13 de septiembre de 2014

Un terrario ancestral


   Todo comenzó en 1960 como un entretenimiento, David Latimer aficionado a las plantas quiso saber cuánto tiempo son capaces de soportar las plantas sin riego y con cuidados básicos.
  La regó y la dejó sin ningún otro cuidado hasta 1972, momento en el que volvió a regarla y la selló herméticamente hasta hoy, 40 años aislada del mundo exterior. La planta, una  tradescantia ha crecido y ocupa prácticamente toda la botella, con una apariencia sana. La única vitamina que recibe es la luz natural, por lo que la planta realiza la fotosíntesis de manera normal, nutriéndose de las bacterias que sobreviven en el fondo y absorbiendo el agua que se genera por la condensación de la humedad. Su ubicación es cerca de una ventana, y periódicamente se le da la vuelta para que crezca de manera uniforme., sigue viva y ha pasado a ser la joya de la familia Latimer.

La planta ha creado su propio ecosistema en miniatura, es el ciclo perfecto de la vida. La única entrada externa que ha tenido, ha sido la energía solar, todo lo demás es reciclado.

terrarium-jardinesyterrarios.blogspot.com.es
Un terrario ancestral
Con las hojas muertas que van cayendo a la parte inferior de la botella, se crea el dióxido de carbono también necesario para la fotosíntesis y los nutrientes que absorbe a través de sus raíces.

Este ingeniero inglés jubilado cuida ahora a la trasdecantia como si fuese uno más de la familia y se ha marcado como objetivo que cuando él no pueda sea su hijo el que siga cuidándola.

La NASA se ha interesado por la planta de Latimer. Las plantas depuradoras funcionan muy bien, sacando los contaminantes del aire, de modo que una estación espacial pueda ser auto-suficiente.



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